Creencias y tiempo.
Tener una mente inquieta forma parte de mi carácter, mis hermanos mayores me siguen recordando entre bromas y risas que de pequeña era lo más parecido a un terremoto y bastante preguntona…ha llovido mucho desde entonces, sin embargo me doy cuenta de que en parte esa esencia sigue viva en mi interior. Las experiencias que he tenido el honor de vivir junto con mi manera de interpretar-las, han marcado un antes y un después en lo que a creencias se refiere. Quiero creer que me he convertido en una mujer algo más serena, sin llegar a ese acoplamiento mental que acompaña a la edad…
Mi padre solía decirme que existe un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo, ¡muy sabio por tu parte papá!...
Y de eso quiero hablar hoy, del tiempo que necesitamos para encajar en nuestras vidas si se puede y de algún modo, todo aquello que hemos aprendido y que ha supuesto uno o varios cambios en el ir y venir de eso que llamamos evolución personal.
Los cambios internos son aquellos que se producen en la forma de pensar, sentir y actuar y para que esto tenga sentido es fundamental que seamos honestos con nosotros mismos desde la aceptación de que lo que creemos no nos está facilitando la existencia. Nadie dedica tiempo ni energía a resolver un problema que no piensa que existe ¿ no os parece?.
La aceptación, es un proceso a lo largo del tiempo. Detectar los comportamientos de “uso” que nos llevan a la acción de una conducta automatizada requiere observación y perseverancia hasta que esos patrones vayan perdiendo fuerza y poder sobre nosotros.

Somos humanos imperfectos y por ello existe la posibilidad de que sin darnos cuenta, o sí, volvamos al pensamiento inicial que forma nuestra creencia. No es lo mismo un paradigma aprendido desde la infancia, que una creencia como resultado de una experiencia.
No digo que tengamos que levantar la espada y retar al riesgo que supone estar en los lugares o con las personas significativas relacionadas con ese hábito de conducta, hablo de evitarlo creando nuevos pensamientos que produzcan diferentes comportamientos. ¡ Aquí es donde entra en escena la resistencia! El deseo de volver al patrón suele ser bastante provocador y adopta múltiples formas y colores hasta conseguir su objetivo. Si perteneces al grupo de los humanos aplicados es posible que lo consigas, sin embargo al igual que el adicto al alcohol tendrás que seguir evitando situaciones de riesgo.
Resistirnos a cambiar la conducta que genera una creencia, es una labor compleja y como dije antes requiere de tiempo. Dicen los expertos de la conducta que cuando dejamos de lado una creencia no la olvidamos de manera automática, simplemente cambia el efecto emocional que ejerce en nosotros. También comentan, que la confianza emocional genera esperanza de logar ese cambio de paradigma. Yo creo, además que el apoyo del entorno más cercano es importante.
Aunque lo más importante es comprometernos con nosotros mismos y ponerse manos a la obra, día a día paso a paso.
Tú decides!!